EDUCACIÓN
MORAL Y CURRICULUM ESCOLAR
ANA LAURA CORDERO BERNAL
AGUSTIN ALONSO ESPINOSA CULEBRO
La educación
moral en modo alguno debe restringirse a las experiencias que se obtienen cuando
se organiza democráticamente la vida escolar, ni a las adquisiciones que
proporcionan las tareas específicas de educación moral. En 1955 Lawrence
Kohlberg comenzó una investigación sobre el razonamiento moral. Exploraba la
capacidad de emitir juicios morales a través de la presentación de una serie de
dilemas ante los cuales procuraba hacer razonar a los sujetos entrevistados
individualmente. Los dilemas morales son relatos de situaciones, generalmente
hipotéticas, que presentan un conflicto de valores y la necesidad de tomar una
decisión ante él.
Por otro
parte, al examinar los problemas morales que plantean los más diversos campos
de la vida humana, se contribuye a la formación de ciudadanos responsables y
críticos, además de futuros profesionales competentes. Finalmente, los
profesores tratarán de acostumbrar a sus alumnos a realizar las tareas
escolares con interés, afán de trabajo y espíritu de superación.
Las ciencias
físico-naturales constituyen uno de los campos de reflexión moral más
relevantes para el futuro humano. Ala dirección de sus incesante progreso, la
bondad de sus actuales aplicaciones tecnológicas, y las posibilidades de futuro
que abren tales saberes, requiere que ya desde la escuela se conozcan en toda
su amplitud los conflictos que plantean sobre ellos tan profundamente como sea
posible.
En cuanto a
las ciencias sociales cabe decir casi lo mismo que respecto a las ciencias
naturales. a pesar de las diferencias evidentes que distinguen los diversos
ejercicios, ellos tienen en común la presentación de un dilema moral de
contenido socio-histórico que los alumnos deben reflexionar e intentar resolver.
El objetivo de
esta tarea en el currículum de educación
moral es facilitar a los alumnos la elección de temas controvertidos de
la actualidad que les preocupen, para posteriormente discutirlos
e intentar alcanzar conclusiones personales. Todo este proceso, además
de informales y hacer reflexionar sobre ciertos puntos de la sociedad, es así
que se desarrolla el juicio moral.
Se llama juicio moral a aquel acto mental que afirma o niega el valor
moral ante una situación determinada o un comportamiento del que somos
testigos, es decir, el juicio moral que se da como resultado se pronunciará
específicamente sobre la presencia o
ausencia de ética en un hecho o actitud.
Los juicios morales son posibles gracias al sentido moral que todo ser
humano posee. Este sentido moral es el
resultado de los esquemas, normas y reglas que hemos ido adquiriendo y aprendiendo a lo largo de nuestra
vida. En primera instancia será la familia,
los padres y los abuelos quienes nos transmitirán esa información y
preceptos, luego, las instituciones educativas en las cuales intervengamos y en
última instancia el medio ambiente en el cual nos desenvolveremos, el cual
también nos irá diciendo e indicando que está bien, qué está mal, nos guiará
sobre lo bueno, sobre lo malo, entre otras cuestiones. (http://www.itescam.edu.mx/principal/sylabus/fpdb/recursos/r88344.PDF,
2013)
Las etapas y
estadios están ordenados jerárquicamente, de manera que podemos decir que el
nivel postconvencional es superior a los otros dos. Kohlberg postuló la
existencia de una creciente reversibilidad, prescriptividad y universalidad en
los juicios morales a medida que se asciende en la secuencia de estadios. Se entiende por
reversibilidad la exigencia de que el agente moral esté dispuesto a aceptar su
juicio o decisión cuando permuta su posición con cualquier otro sujeto que
intervenga o esté afectado por la situación. La prescriptividad es el requisito
de que una persona actúe de acuerdo con los principios morales que acepta.
Finalmente, la universalidad consiste en hacer coherentemente juicios morales
similares sobre aquellas acciones que no difieran en aspectos moralmente
relevantes.
En los libros
de texto y materiales didácticos y curriculares aparece igualmente esta
dualidad. Mientras en cierto número de ellos la Educación en Valores ocupa un lugar
marginal en las actividades propuestas, y con frecuencia nos da la sensación de
ser un añadido artificialmente incorporado al núcleo central de actividades, en
los últimos años ha ido creciendo progresivamente una oferta denuevos
materiales de gran utilidad para los Centros que deseen desarrollar un
currículum que contemple la Educación Moral. La Guía de Recursos que aparece al
final del Capitulo es una muestra de esta oferta cada vez más amplia. Por
último es importante resaltar que, pese a que para algunos la Escuela debe
mantener una actitud de neutralidad ante los problemas relacionados con los
valores, las actitudes y los hábitos de conducta, en la Escuela se hace
Educación Moral continuamente. Como han demostrado los sociólogos del
curriculum la faceta oculta o implícita de éste se encuentra llena de mensajes
a los alumnos y las alumnas sobre cómo deben pensar y comportarse para tener
éxito en la institución escolar y, en el futuro, en la vida social. (“Estas
adquisiciones, del currículum oculto, sin embargo, nunca llegan a explicarse
como metas educativas a lograr de una manera intencional. El currículum oculto
empieza a incidir en un reforzamiento de los conocimientos, procedimientos,
valores y expectativas más acordes con las necesidades e intereses de la
ideología hegemónica de ese momento socio-histórico”. (TORRES, J. 1991). Se
puede afirmar que una de las funciones centrales de la Escuela es la
configuración de una determinada forma de ser y de pensar, más allá de la
instrucción elemental que da forma a las tareas escolares.
REFERENCIAS:
PACHECO, M. A.
y GARCÍA SÁNCHEZ, J.L. (1978): Diversos títulos presentando cada uno un Derecho
del Niño. Publicados y reeditado por Altea. Madrid. Desde 7 años. Entre ellos:
La niña invisible. El niño que tenía dos ojos. El pueblo que se quedó sin
niños....
STEADMAN, R.
(1981): El puente. Miñón, Valladolid. Desde 8 años.